CENTRO DE ACAPULCO

CENTRO DE ACAPULCO
Colonia Centro de acapulco

HISTORIA

Época prehispánica
En el siglo XI hubo nuevas oleadas de inmigraciones náhuatl, coixcas procedentes de Aztlán en el norte del país. El anfiteatro de la bahía es habitado desde el año 3000 a. C. y los primeros asentamientos formales se dieron en el siglo XIII de nuestra era por diversas tribus olmecas que fundaron Tambuco (entre Playa Larga y Cerro de la Aguada) e Icacos (entre el cerro El Guitarrón, Punta Bruja y El Farallón del Obispo).[cita requerida] En la playa Hornos, Pie de la Cuesta y Tambuco, se han encontrado objetos de cerámica y piedra tallada de origen maya que demuestran los hallazgos arqueológicos.
En 1486 Acapulco pasó a formar parte del Imperio azteca, durante el reinado de Ahuizotl, aunque como una región de administración militar no consolidada, anexa a la provincia tributaria de Tepecuacuilco.

 Época virreinal

En 1521 consumada la conquista de Tenochtitlán, Cortés envió diversas expediciones al sur con el objeto de localizar vetas de oro, fue así que los españoles descubrieron en 1523 la bahía de Acapulco a la que denominaba Santa Lucía.
La primera exploración española arribó el 13 de diciembre de 1523 al mando de Juan Rodríguez de Villafuerte. Fue fundada por Fernando de Santa Ana y 29 jefes de familia, en el año de 1550, en ese entonces se le llamó Ciudad de los Reyes. Poco después por encargo de la Realeza Española, Fray Andrés de Urdaneta cruzó el Océano Pacífico desde el archipiélago de las Filipinas con la finalidad de encontrar la mejor ruta, que por más de 250 años comunicaría a las colonias asiáticas españolas con la Península Ibérica. De ahí surge la famosa y equivocadamente nombrada "Nao de China", que en realidad era un barco tipo Galeón y que partía desde Acapulco y hacía el tornaviaje desde Filipinas. De 1571 a 1815, Acapulco se convertía una vez al año y durante casi dos meses, en el punto de comercio más activo y dinámico de la Nueva España, superando incluso al puerto de Veracruz. La población del puerto se triplicaba durante los días que llegaban los galeones cargados de bellas novedades de oriente, como: China, Japón, Ceylán, Damasco.
A lo largo de la historia del puerto, se hicieron propuestas frecuentes para cambiar la terminal de Acapulco a otro puerto. La razón era que se buscaba mayor accesibilidad a la ciudad de México, mejores condiciones de clima, y otras ventajas. Las propuestas más serias de este tipo fueron para transferir la terminal a San Blas o a Valle de Banderas en la costa de Guadalajara. Como las provincias del noroeste del virreinato se volvieron más pobladas en el siglo XVIII, la idea de trasladar la terminal del Galeón a un puerto del norte tomó fuerza. Esto se dio particularmente desde el establecimiento del Departamento de San Blas. Este puerto incrementó su importancia debido a su posición como punto de partida para nuevas actividades a lo largo de la costa de California y partir de ahí hacia el norte. En sus instrucciones a su sucesor, el virrey Revillagigedo contendió por la retención de la terminal de Acapulco, pero el Marués de Branciforte favoreció San Blas. Sin embargo, por esos tiempos el comercio filipino entró notoriamente en decadencia, y fue permitido que Acapulco mantuviera la posición que había ocupado a lo largo de dos siglos por derecho de inercia oficial y por su incomparable puerto.[4] Durante su tiempo como puerto principal en el Pacífico y por las riquezas que albergaba, Acapulco fue objeto de ataques por piratas y corsarios, lo que motivó su fortificación. Esto se llevó a cabo entre 1615 y 1617. Se edificó un fuerte y se nombró San Diego en honor al virrey Diego Fernández de Córdoba, I Marqués de Guadalcázar.[5]
El 28 de noviembre de 1799. Carlos IV le otorgó Cédula Real dándole el título de ciudad. La empezó a poblar desde 1550 Fernando de Santa-Ana.

México independiente

Con el inicio de la guerra de Independencia en 1810, se inició un proceso que pondría fin a la comunicación y comercio con Manila a través del puerto de Acapulco. La idea de tomar el puerto de Acapulco por parte de los insurgentes data desde 1810, cuando en Indaparapeo se reunieron Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos. El objetivo de tomar el puerto consistió en romper la red de comunicaciones del virreinato, aislar la costa del Pacífico y las Filipinas, interrumpir el sistema comercial, beneficiarse de los productos del mercado asiático y establecer relaciones con países extranjeros. En noviembre de ese mismo año, Morelos organizó un contingente cuyo fin era tomar Acapulco. Al llegar lo rodearon para sitiarlo, cortaron toda comunicación por tierra con la capital, incluido el suministro de alimentos. De esta manera, se interrumpió la comunicación entre la Ciudad de México con la costa del Pacífico, y por ende, con las zonas que este puerto conectaba, como América del Sur, Central y las Filipinas. Entre 1810 y 1813 se dio un proceso de lucha entre insurgentes y realistas que derivó en la alteración de las rutas de navegación del Pacífico. En ocasiones, el fuerte de San Diego fue tomado por los insurgente, en otras por los realistas. Las ferias que regularmente se llevaban a cabo por la llegada del Galeón se interrumpieron. Una consecuencia de este aislamiento del fuerte fue que en 1812 se envió la orden a la Nao de no llegar a Acapulco y dirigirse a San Blas, al menos hasta que no se pacificara la región. La feria se llevó a cabo en Tepic, y sólo hasta 1814 se autorizó que el Galeón de Manila llegara a Acapulco. La situación se degeneró entre 1814 y 1820. El puerto, que en estos años estaba en poder de los insurgentes, fue olvidado por ellos y no recibió apoyo ni suministros. A tal grado llegó este descuido que Morelos, en 1814, llegó a anunciar el desmantelamiento del puerto. Pese a esta orden, el puerto volvió a caer en manos realistas y así se mantuvo hasta la culminación de la guerra de Independencia en 1821. Algunos cambios importantes en este periodo fueron que el Galeón de Manila ya no desembarcó en San Blas, sino de vuelta en Acapulco, que una vez al año y durante casi dos meses, era el punto de comercio mas activo y dinámico durante el virreynato, superando incluso al puerto de Veracruz ya que la población del puerto se triplicaba durante los días que llegaban los galeones cargados de bellas novedades de China, Japón, Ceylán y Damasco. Posteriormente, ya no regresaría la Nao, es decir, el barco administrado por el gobierno, sino embarcaciones particulares que tenían permiso de realizar comercio en el puerto. Por tanto, el último Galeón oficial fue el Magallanes en 1815.[6]
Tras la consumación de la independencia de México en 1821, Acapulco formó parte del Estado de México. El 27 de octubre de 1849, al crearse el estado de Guerrero, pasó a formar parte de él como cabecera del distrito de Tabares.
La madrugada del 9 de octubre de 1997 la ciudad fue semi devastada por el Huracán Paulina que provocó una de las mayores tragedias que se hayan vivido en la región en los últimos 88 años. Reportes oficiales dieron cuenta de entre 200 y 500 muertos y cerca de 10,000 damnificados.[7] [8]

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